Se llama ecocidio a la destrucción extensa del medio ambiente en un territorio concreto, normalmente de manera deliberada y masiva, exactamente como ha ocurrido en el Arco Minero del Orinoco, considerado el crimen ecológico más grande del planeta, con el apoyo del régimen, especialmente de los militares. Como consecuencia, la existencia de los habitantes del territorio venezolano nos vemos severamente amenazado.
El introito nos sirve para señalar que la cúpula militar de Venezuela se volvió corrupta, indolente y enemiga de la patria durante estos 20 años de “revolución”. Hugo Chávez y Nicolás Maduro la dejaron hacer y deshacer, contar que los apoyaran para mantenerse en el poder, como ha ocurrido desde el 2002 a la fecha.
Esa voracidad militar de llevar a sus cuentas bancarias todo el oro y los dólares que puedan, los lleva a destruir todo, y cuando decimos que todo, es todo. Esa avaricia los lleva a destruir el medio ambiente, como hemos podido constatar en el Circulo Militar de Maracay, que hasta hacer pocos años era uno de los sitios más hermosos de la ciudad; con inmensas áreas verdes, que constituían una riqueza patrimonial de indiscutible valor. Su agradable y hermosa edificación era una huella testimonial de la arquitectura monumental de los años cincuenta, donde se combinó excelentemente la naturaleza con la modernidad.
Debemos resaltar que el Círculo Militar de Maracay fue inaugurado el 10 de diciembre de 1955 por el entonces Presidente de la República, general Marcos Pérez Jiménez, en un acto al que asistieron sectores del mundo político, militar, económico y social, nacionales y personalidades extranjeras invitadas. Maracay, considerada tradicionalmente una zona de especial arraigo militar desde que el general Juan Vicente Gómez hizo de esta ciudad un centro político y militar, al residenciarse en ella.
El Ministerio de la Defensa en la Memoria de 1956 describe la construcción del Circulo Militar de Maracay la siguiente manera: “… sobria edificación construida por el Servicio de Ingeniería Militar, quien no escatimó esfuerzos para que la obra revistiera toda la magnificencia, belleza y confort, dignos de la admiración de propios y extraños, y el cual está llamado a continuar en aquella ciudad la proyección social que en esta viene realizando el Círculo de las Fuerzas Armadas. Este Club de Oficiales funcionará como una sucursal del Instituto y se están tomando las providencias necesarias para que sus actividades se enrumben de acuerdo en un todo con la finalidad para lo cual fue creado. Su costo fue de Bs.4.500.000, en un área aproximada de 30 hectáreas de terreno, de las cuales solo 80.000 m2 corresponden a una serie de edificaciones construidas en absoluta armonía con la naturaleza…”
Pues bien, esa armonía con la naturaleza ha venido sufriendo bárbaras agresiones y, todo para darle paso a un número considerable de establecimientos comerciales, en su mayoría restaurantes y discoteca. El ecocidio allí cometido no tiene precedentes. María Eugenia Clavier, de la Universidad Metropolitana, al referirse al ecocidio sostiene que es un término relativamente reciente -un neologismo- formado en base a “eco” (por ecológico) y “cidio” (por matar o eliminar). El ecocidio es entendido como “un daño grave a los ecosistemas de un territorio”. Esta destrucción ambiental se puede asumir de distintas formas: La contaminación ambiental, el tráfico ilegal de especies, la deforestación, la alteración de la geomorfología, son algunas de las acciones humanas que pueden generar daños significativos al equilibrio de los ecosistemas, tanto que sobrepase la capacidad de los mismos para regenerarse. Son daños irreparables. En algunas definiciones se incluye la salvedad que el ecocidio puede ser producto de la acción humana u otro factor. Es un aspecto que está en discusión. Realmente lo que ha ocurrido en el Círculo Militar de Maracay es un crimen ecológico de alta monta. Cortaron todos los árboles y secaron la grama, para darle paso a más construcciones. Estos militares enchufados que controlan el Circulo Militar ganan hasta vendiendo la madera. Son criminales.
Se llama ecocidio a la destrucción extensa del medio ambiente en un territorio concreto, normalmente de manera deliberada y masiva, exactamente como ha ocurrido en el Arco Minero del Orinoco, considerado el crimen ecológico más grande del planeta, con el apoyo del régimen, especialmente de los militares. Como consecuencia, la existencia de los habitantes del territorio venezolano nos vemos severamente amenazado.
El introito nos sirve para señalar que la cúpula militar de Venezuela se volvió corrupta, indolente y enemiga de la patria durante estos 20 años de “revolución”. Hugo Chávez y Nicolás Maduro la dejaron hacer y deshacer, contar que los apoyaran para mantenerse en el poder, como ha ocurrido desde el 2002 a la fecha.
Pues bien, esa armonía con la naturaleza ha venido sufriendo bárbaras agresiones y, todo para darle paso a un número considerable de establecimientos comerciales, en su mayoría restaurantes y discoteca. El ecocidio allí cometido no tiene precedentes. María Eugenia Clavier, de la Universidad Metropolitana, al referirse al ecocidio sostiene que es un término relativamente reciente -un neologismo- formado en base a “eco” (por ecológico) y “cidio” (por matar o eliminar). El ecocidio es entendido como “un daño grave a los ecosistemas de un territorio”. Esta destrucción ambiental se puede asumir de distintas formas: La contaminación ambiental, el tráfico ilegal de especies, la deforestación, la alteración de la geomorfología, son algunas de las acciones humanas que pueden generar daños significativos al equilibrio de los ecosistemas, tanto que sobrepase la capacidad de los mismos para regenerarse. Son daños irreparables. En algunas definiciones se incluye la salvedad que el ecocidio puede ser producto de la acción humana u otro factor. Es un aspecto que está en discusión. Realmente lo que ha ocurrido en el Círculo Militar de Maracay es un crimen ecológico de alta monta. Cortaron todos los árboles y secaron la grama, para darle paso a más construcciones. Estos militares enchufados que controlan el Circulo Militar ganan hasta vendiendo la madera. Son criminales.
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