Un pran supernechufado que le arrebató la ética y el decoro a los tribunales civiles de Aragua

A juicio del abogado colombiano José Gregorio Hernández Galindo, ex presidente de la Corte Constitucional de su país, “… si hay algo es esencial para el funcionamiento del Estado  -y con mayor razón, de un Estado Social de Derecho- es la administración de justicia. Sin ella, o cuando ella no responde a las necesidades de la población, imperan el caos, las vías de hecho y la tendencia a hacerse justicia por mano propia…”

Vale lo anterior, para referirnos a casos concretos de cómo se está manejando la justicia civil y mercantil en Aragua. Debemos comenzar diciendo que a raíz de lo publicado en _Noticias JR_  sobre lo acontecido con la juez Luz María García Martínez, provisoria desde hace muchos años, del Tribunal Segundo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil; nos ha llegado  abundante información sobre lo que viene ocurriendo la circunscripción judicial del estado Aragua, coordinada por el abogado Ramón Carlos Javier Gámez Román, en su condición de Juez Rector. Todo nos indica que los esquemas del decoro y la ética que deben prevalecer en los órganos de la administración de justicia en este estado, desaparecieron todos, diera la impresión que una misteriosa fuerza los anuló y se volvieron añicos.

No pocos abogados litigantes en Aragua se quejan de estas oscuras situaciones y con razón. Sostienen que en este estado la administración de justicia exhibe sin pudor graves vicios y corruptelas, resultando un hecho indiscutible, que esto se ha agravado desde que el ex decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Bicentenaria de Aragua (UBA), Carlos Gámez, regenta la justicia civil.

Nos informan que el juez 4to de municipio, Pedro Pablo Castillo Carrillo, aparece según varios litigantes, como uno de los jueces más cuestionados. “Eso no es un tribunal, eso es una pulpería, donde todo tiene precio”, nos dijo un honorable abogado del estado. Castillo Carrillo es quién estaba de juez suplente en el Tribunal Segundo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil,  y sería el “autor” de una sentencia mediante la cual se liberarían unos millones de euros y dólares que están en unas cuentas bancarias en España y Curazao, y que fueron inmovilizadas por una decisión judicial. Esa sentencia, que exceso de confianza o por designios de D-OS no llegó a ser publicada en el Libro Diario del Tribunal, fue la que generó el incontrolable malestar del juez Gámez, al extremo de arremeter arbitrariamente contra la juez García Martínez.

Otros abogados sostienen que la corruptela, abusos y arbitrariedades del juez Pedro Pablo Castillo Carrillo nunca son investigadas y menos castigadas, porque su cuñado en nada menos y nada más que el Inspector de Tribunales en la región. Así las cosas, Carlos Javier Gámez Román abusa y atropella, valiéndose de que -según comenta el mismo en su círculo más allegado- varios magistrados principales y suplentes del Tribunal Supremo de Justicia le deben sus cargos a él. Es decir, les recuerda que el 23 de diciembre de 2015 él participó como vice-presidente de la comisión especial designada por la Asamblea Nacional que presidía Diosdado Cabello, para evaluar la designación de los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia. También -ha dicho- a varios de esos magistrados a los que les aprobó sus ingreso al TSJ les “regaló” sus posgrados en la UBA.

Entre las arbitrariedades que le atribuyen, está el hostigar a los jueces que no son de sus afectos. Llama al personal de esos jueces y los obliga a mal ponerlos,  inventándoles denuncias por abusos y atropellos. Con ese pretexto les va quitado el personal; dándose el caso de dejar al juez o la juez sin personal e imposibilitándolos para cumplir fielmente su trabajo. También les corta totalmente el suministro de materiales de oficina y de aseo. En fin, se comporta como un verdadero mafioso y de allí que tenga el bien ganado en los pasillos de los tribunales, el remoquete de “pran judicial de Aragua.” Él le ha arrebatado la ética y el decoro a los tribunales civiles de Aragua.

To be continued

 

José Rafael Ramírez
Periodista, CNP 3.141

 

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