La nuevas fotos de Juan Guaidó con los jefes de la banda criminal “Los Rastrojos” en el cruce de la frontera colombo-venezolana, publicadas por la Unidad de Investigación del diario El Tiempo de Bogotá, confirman que el joven parlamentario tiene entre sus apóstoles a un Judas que las filtro de manera cruel y fría varios meses después del evento musical humanitario programado en Cúcuta.
Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, y presidente interino de Venezuela reconocido por más de 50 países, ha querido emendar el capote declarando a Blu Radio de Bogotá “que él no le exigía la cédula de identidad a quienes pedían fotografiarse a su lado, pero no, “Los Rastrojos” no son niños de pecho ni mucho menos unos vegueros que esperaban a un lado de las trochas para saludar con banderitas el paso del quien para esos día era el nuevo virtual nuevo presidente de Venezuela.
“Los Rastrojos” son una de las bandas criminales de la frontera más temerarias dedicados al robo, al secuestro, a la extorsión y al crimen en la zona, con poder tal que ordenaron “un toque de queda” en la región para recibir, proteger y transportar a Guaidó en su paso de Venezuela a Colombia, vía Cúcuta, el pasado 22 de febrero del presente año.
Ese día Guaidó sería la estrella principal del Concierto “Venezuela aidLive” y del inicio de la entrega de ayuda humanitaria donada por la USAID.
Tan pronto comenzaron a salir las fotos del joven parlamentario venezolano con los líderes paracos-narco-militares de “Los Rastrojos” denunciados por la Unidad de Investigación de El Tiempo, la cancillería colombiana salió urgida aclarando que la misma “no había participado en la logística del traslado de Guaidó a Colombia”.
El hecho terminó convirtiéndose en un nuevo escándalo político en Colombia. Toda la prensa del vecino país se hizo eco. Nuevas fotos de funcionarios del gobierno neogranadino recibiendo a Guaidó con honores militares y hasta con alfombra roja en una alejada cancha deportiva de tierra, con guardia presidencial incluida, escoltas y vehículos blindados.
Minutos más o minutos menos eso mismo día Juan Guaidó fue recibido en “la zona de nadie” por Jhonathan Orlando Zambrano Guerra, “Patrón Pobre”, Argenis Vaca, alias “Vaquita”, Jhon Jairo Duran Andrade, alias “El Menor”, y Alberto Lobo Quintero, alias “El Brother”, todos ellos la plana mayor de la banda criminal “Los Rastrojos”.
“Patrón Pobre” es el principal líder, quien lo transportó a Guaidó en su camioneta, “Vaquita”, el jefe de las finanzas, “El Menor” y “El Brother”, el brazo armado y ejecutor.
De manera que no eran ningunos campesinos desaliñados los que recibieron al parlamentario en las veredas de La Fría y Boca de Grita, uno de ellos incluso se observa armado con una pistola al cinto… “Cualquiera en esa zona anda armado”… explicó inocentemente el embajador de Guaidó en Bogotá, Humberto Calderón Berti.
¿Si no fue el gobierno colombiano y tampoco los jefes de “Los Rastrojos” los que filtraron las comprometedoras fotos, entonces quien?
Sin duda que solo alguien del entorno privado de Juan Guaidó pudo hacerlo. Un integrante de su primer anillo, de su núcleo inmediato y más cercano. Un Judas Iscariote que tiene entre sus apósteles.
Un Judas frío, calculador, que está administrando su traición a cuenta gota, que esperó siete meses para dar este nuevo paso y porque de seguro ya tiene preparado otros.
La nuevas fotos de Juan Guaidó con los jefes de la banda criminal “Los Rastrojos” en el cruce de la frontera colombo-venezolana, publicadas por la Unidad de Investigación del diario El Tiempo de Bogotá, confirman que el joven parlamentario tiene entre sus apóstoles a un Judas que las filtro de manera cruel y fría varios meses después del evento musical humanitario programado en Cúcuta.
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