Las malas personas no pueden ser buenos periodistas
Ryszard Kapuscinski
“Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias. Y convertirse, inmediatamente, desde el primer momento, en parte de su destino. Es una cualidad que en psicología se denomina “empatía”. Mediante la empatía, se puede comprender el carácter del propio interlocutor y compartir de forma natural y sincera el destino y los problemas de los demás”. Eso decía Ryszard Kapuscinski, gran maestro de periodistas, historiador, escritor, ensayista y poeta. Este introito es propicio para acompañarlo a la siguiente carta abierta:
Carta abierta a José Vicente Antonetti
Como sabes, me encuentro en prisión, por eso lo que tengo que decirte te lo digo por esta vía. El proceso que se me sigue constituye una maniobra para acallar el periodismo crítico que se ejerce en el periódico “Reporte Diario de la Economía” para el cual presto mis servicios. En este medio, nunca bajo mi firma, se ha difundido una gran cantidad de irregularidades en las que está involucrado el broker petrolero Wilmer Ruperti y otros personajes de alto poder económico, y en función de proteger esos intereses delictivos se organizó la celada ejecutada por tu amigo el abogado Alberto Manuel Barroso.
Barroso organizó una trampa haciéndose pasar por un informante que me entregó informaciones referentes a corrupción judicial y con ello se fue ganando mi confianza hasta llevarme al acto final en donde me entrego un sobre donde estarían unos datos referentes a la presidenta del TSJ, pero previamente se había concertado con unos funcionarios policiales para que me detuvieran como si en dicho sobre yo estuviera recibiendo dinero para dejar de publicar notas sobre el mencionado Ruperti.
Esto resulta evidente del propio expediente, allí consta que Barroso se presento a la comisaría del CICPC en Chacao a las 2 y 15 de la tarde de pasado 12 de los corriente e informó que se iba a producir una extorsión concretada en una entrega de dinero para mí, esto sin que el abogado presentara ninguna evidencia de la veracidad de tal hecho, y de inmediato los funcionarios fueron y me detuvieron, al punto de que ya a las 2 y 30 minutos de la tarde ya estaba siendo reseñado. Además de esta inusual velocidad policial tenemos que la policía obró sin participación del Ministerio Publico, como es de ley, la policía agarró el sobre que me había entregado Barroso y se lo llevó, asegurando posteriormente, que lo abrieron en la comisaría y que allí estaba el dinero que había dicho el denunciante.
Esto y muchas otras irregularidades son relevantes como para evidenciar la monstruosidad de un montaje del que soy victima, y el cual incluye un video también fabricado por mi denunciante que fue rechazado por el tribunal al calificarlo de ilegal, video trucado cuya elaboración y difusión constituye delito.
Pero tú Antonetti te convertiste en defensor de ese video delictivo, afirmaste haberlo visto y le das credibilidad. Con ello pretendes sembrar dudas sobre mi conducta. Se de tu relación con el abogado Alberto Manuel Barroso, mi denunciante, a quien llamaste por teléfono cuando saliste de la rueda de prensa y le dijiste textualmente “misión cumplida”. También ayer en televisión y en la radio volviste con el tema del video como único tema que del caso te llama la atención, obviando todo el gran cúmulo de irregularidades que desbordan el expediente y que fueron ampliamente explicadas por mis abogados.
Para ti Antonetti en este caso lo único relevante es el video ilegal y delictivo en cuestión, al que para haber visto necesariamente ha de ser porque te lo proporcionaron mis denunciantes y eso evidencia tu interés en favorecerlos aún perjudicándome. Tuviste el descaro y atrevimiento de pedirle a mi defensor, el recto abogado José Luís Tamayo que no me siguiera defendiendo, que se retirara de mi caso, debe ser grande la mesada que recibes para llegar a tanto, a descubrirte así, tú eres un tarifado Antonetti, yo no lo he sido jamás.
Quiero que sepas que cuando Iván Rincón presidía el TSJ llegaron a mis manos dos audios que te comprometían a ti con él en hechos bien cuestionables, y diría que hasta deshonrosos, pero nunca les di curso porque quien me lo entregó tenia animadversión en tu contra, y pensé que podría estar tratando de utilizarme como medio vengativo. También me han suministrado y poseo elementos, copias de recaudos, que te involucran a ti con la estafa de BanPlus y con su autor el prófugo Reno Passarielo, hecho que averigua la Fiscalía Nacional Bancaria. Siempre tuve el escrúpulo de no tramitar aquello y dejar que siguieran su curso normal por ante los organismos competentes, aún cuando de tales evidencias se desprende que utilizas tu actividad profesional en tu propio beneficio económico, y sé que lo haces en tribunales dadas las relaciones que te suministra tu trabajo en Globovisión. Igualmente me llegó una información de gente muy allegada a ti sobre los graves maltratos a tu esposa que trascendieron hasta a un cuerpo policial, así como las consecuentes consultas a terapeutas especializadas en vez de aplicarse la Ley Sobre Violencia Contra La Mujer, cosa que no se concretó porque pusiste de por medio tu condición de comunicador de la televisora donde trabajas. Yo a nada de esto le he dado trascendencia que podría y no he querido tratar. Sin embargo hoy me veo precisado a decirte esto porque considero bien innoble de tu parte el papel que estás jugando al lado de esa banda delincuencial que hoy me mantiene privado de mi libertad.
Caracas, La Planta, 27 junio 2007
José Rafael Ramírez
Periodista, CNP 3.141
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