HOY CELEBRAN SU DÍA. Abogado significa ir en auxilio de quien así lo solicite

“Ustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi = La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar, conceder, a cada uno su derecho.

Los derechos son: honeste vivere, alterun non laedere et suum quique tribuere = Vive honestamente, no hagas daño a nadie y da a cada uno lo suyo…”

Ulpiano

dia-del-abogadoLa palabra abogado que en latín es “advocatus” significa ir en auxilio de quien así lo solicite, “ad auxilium vocatus”

 

El día del abogado en Venezuela se celebra cada 23 de junio, en honor al natalicio del jurista JOSÉ CRISTÓBAL HURTADO DE MENDOZA y MONTILLA, ocurrido en el año 1772, en la ciudad de Trujillo. Conocido este gran venezolano, en los meandros históricos como CRISTÓBAL MENDOZA. Él está considerado como el primer presidente de Venezuela, ya que lideró el primer triunvirato de la fugaz Confederación Venezolana, junto a Juan Escalona y Baltasar Padrón en los años 1811 y 1812. Asimismo posee la honra de haber firmado el Acta de la Independencia y Simón Bolívar lo definió como: “modelo de virtud y bondad útil”.

 

Hemos convocado para esta plática, una voz de las más nítidas y eruditas del derecho contemporáneo en el Zulia. Es una voz de mujer que puede ser un armisticio o una declaración altisonante guerra. Es una dama que impone su personalidad. Delante de las injusticias, su ceja izquierda se alza, sin anuncios en señal de protesta. Es abogada, Magister Scientiarum en Derecho Procesal Civil, doctora en derecho, docente de pregrado y posgrado de la UNIVERSIDAD DEL ZULIA (LUZ). Es premio estímulo Dr. Leopoldo Sánchez, 2001, como autora de mejor tesis doctoral, galardón otorgado por el Colegio de Abogados del Zulia. SILVIA CECILIA MARÍN, es apoderada judicial de varias instituciones financieras privadas y del Estado. Su faena vital está soportada, diríamos, por la frase pronunciada por Dwight Eisenhower en el año 1958: “El mundo no tiene más elección que entre la fuerza y el Derecho; si la civilización quiere sobrevivir debe escoger la regla del Derecho”. Con SILVIA MARÍN, entablamos una conversación, una celebración en el epicentro del oficio de abogar, con la ganas de un ver y un juzgar, en nuestra cotidianidad, cada día más vaciada de valores humanos.

silvia marin abogadaHay una frase de Luis Recasens Siches que dice: “Si una norma jurídica no opera real y efectivamente, no puede ser llamada Derecho, pues se reduce a un mero pedazo de papel o a unas voces en el desierto”, ¿Cuál es tu opinión sobre este postulado?

El derecho regula conducta humana. De tal manera que el derecho existe desde el mismo momento que somos sociedad. Por qué una norma que no opera o los sujetos pasivos, que en principio somos todos los ciudadanos, no la admitimos, no la aceptamos como tal, significa que es una norma que contraría a la conducta social o a lo que los ciudadanos, en sus relaciones intersubjetivas aspiran o quieren que se regule. De tal manera que primero nos movemos nosotros los ciudadanos y luego exigimos, en este caso, en Venezuela, a la Asamblea Nacional, le pedimos que legisle bajo la forma de conducta que la sociedad hoy impone. Es por ello que no deben existir normas inoperantes o normas que no regulen una conducta contraria a la generalmente aceptada por la sociedad. Evidentemente desde la perspectiva de este excelente autor, Recasens Siches, esa visión es una visión que desde el punto de vista filosófico, pone en relieve cuándo las normas se legislan a espaldas del ciudadano. No puede una norma no amparar o no recoger, las vivencias, las querencias, el porqué, la conducta que nosotros los ciudadanos estamos realizando en cualquier espacio, en nuestro caso referido a Venezuela.

¿Qué juristas marcan tu carrera como abogada?

Mi experiencia personal comenzaba al defender a mis compañeros de bachillerato y también servía de justiciero familiar. A pesar de ser la menor de mi familia, trataba de buscar quién tenía la razón o no y buscar las soluciones. Me inscribí en derecho contra la visión general de que yo no podía llegar a graduarme, porque en LUZ, lo exámenes los lanzaban hacia arriba y los que cayeran en el escritorio pasaban y los que cayeran en el suelo estaban aplazados. Yo me preguntaba: ¿será que mis exámenes caerán al suelo o en el escritorio? Eso es una fábula, pues la realidad dista de ello ser cierto. Aunque no había ingresado a la universidad tenía la intuición que eso no podía ser cierto, que eso lo decían personas que repetían palabras o que nunca habían tenido esa experiencia. Cuando ingreso a estudiar derecho reafirmo mi vocación, pues era lo que yo aspiraba. El laboratorio vivencial fue impartido por los profesores Jesús Esparza y Francisco Carrasquero, maestros de respeto. Luego, con esa buena introducción, inicio la carrera y me apasiono por el Derecho Procesal; tuve la oportunidad de cursar la materia Teoría General del Proceso con el profesor Carlos Oberto Vélez y Procesal Civil I por el profesor César Atencio Chourio.

Otros dos maestros

El doctor César Atencio Chourio, fue el Juez Superior Primero Civil, Mercantil y Tránsito en el estado Zulia y el primer juez Rector de esta entidad. Un hombre que me enseñó la ética, la humildad, la honestidad, el conocimiento, la prudencia; realmente fue un verdadero padre. Fue una persona que inspiró mis valores éticos en el derecho. Durante la carrera tuve la referencia del doctor Alberto la Roche que junto con el doctor Humberto la Roche, también fueron mis profesores en pre y posgrado. Estas personas son ejemplo de vida en todos los aspectos, tanto en lo profesional como en lo humano y personal.

¿Y de los internacionales?

Cuando me adentro en la ciencia del derecho encuentro a un Salvatore Satta, a un Giuseppe Chiovenda, y Eduardo Couture, maestros que inspiran el deber ser y el debido proceso, en su literatura jurídica. Participo en la primera cohorte de la maestría en Derecho Procesal Civil. Tuvimos el honor de contar con profesores de la talla del doctor Román Duque Corredor, incluso en su libro él dedica a nuestra cohorte la publicación de una de sus obras. Esas han sido mis fuentes de inspiración, que junto con los valores familiares sirvieron a mi formación. También he tenido el privilegio de contar con fuentes inspiradoras de estudio; mis primeros años de ejercicio profesional transcurrieron junto con el doctor Luis Guillermo Govea, profesor de Derecho Mercantil y su esposa María Bernardoni de Govea. Estas personas son eminentemente académicas. Han contribuido en mi perfil profesional. Pronto alcanzaré 26 años de verdadero ejercicio profesional y me siento enamorada de la carrera.

¿Cuál autor aparece como huella en tu tarea procesalista?

Devis Echandía con su Derecho Probatorio; le sigue el doctor Eduardo Cabrera Romero, ambos procesalistas excelentes. Y esa es una línea que yo seguí en mi tesis doctoral sobre la eficacia jurídica de los medios probatorios libres.

Ahora Silvia, ¿el proceso es el camino para el alcance de la justicia?

No es un simple camino. Por mucho tiempo se entendió que el Derecho Procesal era eminentemente formalista. Sí hay un método, sí hay un mecanismo que se debe seguir para lograr la justicia. Pero, ese camino no debe olvidar los valores trascendentales: el debido proceso, un proceso justo, y al haber un debido proceso se logra la justicia en un caso particular.

¿Cómo entiendes la justicia?

A mis alumnos del primer año de la carrera de derecho, comienzo explicando el significado de la justicia en el Derecho Romano. Tres grandes frases: “vivir honestamente, no dañar a otros y dar a cada uno lo que le corresponde”. Normalmente, esta clase la hago interactiva y les pregunto qué es para cada uno: “no dañar a otros y dar a cada uno lo que le corresponde…” Qué significan estos patrones y sorprende porque hay infinidades de opiniones, porque cuando te toca y te roza tu derecho cambias la perspectiva. Por ejemplo les digo, ¿les parece justo que el cónyuge mujer pueda estar obligada a la manutención de los hijos, habidos fuera del matrimonio? Si tú estás casada, tu esposo tiene un hijo fuera del matrimonio, aceptas esas circunstancias; pero tu esposo no satisface por alguna razón, los niveles de manutención del hijo y la madre demanda a tu actual cónyuge, solicita embargo preventivo sobre su salario para cubrir esas necesidades. ¿Te parece justo? Pero, primero les he preguntado: ¿Es justo el derecho de alimentación? ¿Es una obligación? ¿Es justo que los padres deban cumplir con la alimentación de sus hijos? Y dicen sí. Entonces, cuando lo llevamos al plano personal, concreto, pareciera que no siempre la justicia distributiva, de dar a cada quien lo que le corresponde se materializa con interés personal. Aparecen los niveles de justicia en cada sociedad y están plasmados en la carta magna que es la constitución nacional.

En la teoría de la jerarquía de las normas de Kelsen, la constitución está en el pináculo de la pirámide, es decir es la norma fundamental, que da pie a todo el entramado legal. Venezuela ha tenido en su historia constitucional más de 20 instrumentos de esta naturaleza; eso es como casarse y divorciarse más de veinte veces, ¿Qué tanto nos ha atrasado divorciarnos más de veinte veces?

Volvemos al principio. El derecho regula la conducta humana. Para el momento en que se sanciona nuestra actual constitución, en Venezuela existía un movimiento político que indicaba, y convenció al pueblo venezolano, de que la constitución nacional vigente, antes de 1999 era moribunda. Sin caer en perspectivas políticas, lo cierto es que esa posición o ese pensamiento ideológico reinaron y fue aceptado en el pueblo venezolano. Al aceptarse esa postura se traducía que todo el pueblo venezolano exigía una actualización de la norma.

Un hecho inédito en la historia constitucional fue la Asamblea Nacional Constituyente, eso es innegable

Sin embargo, como todo mecanismo de consulta, lamentablemente no se llega a escuchar o a discutir todas las posiciones. Se pudo haber consultado a los grupos o colectivos que integraban a la sociedad venezolana. Pero lamentablemente, no todas las opiniones fueron tomadas en cuenta para la formación de la actual constitución. Si hay un gran número de opiniones, pero reinó principalmente, aquella postura que ideológicamente era compatible con la posición política.

¿Qué tiene que ver el Derecho Romano con nuestro sistema de normas?

El sistema romanista informa y es la base de los ordenamientos jurídicos de la Europa Continental, en contra posición al anglosajón. El estudio del Derecho Romano nos permite considerar al Derecho en su devenir histórico. El derecho romano- al igual que el moderno Derecho Angloamericano- es un derecho eminentemente casuístico, por lo que permite el adiestramiento del jurista moderno en la técnica de la resolución del caso concreto. Esas diversas soluciones fueron las que permitieron y llevaron a normas jurídicas, de estilo romanístico a la regulación de las instituciones, no solamente del Derecho Civil sino también del Derecho Penal. La gran obra del Derecho Romano es todo el capítulo referente al Derecho de Obligaciones contemplado en nuestro Código Civil. Esa parte, es casi una copia fiel del Derecho Romano. El Derecho de las Obligaciones regula la mayoría de las relaciones intersubjetivas. Cuando estudias el Derecho de las Obligaciones te percatas que el agua presente en el pavimento de cualquier calle o avenida producto de una lluvia, puede causar un accidente automovilístico donde se producen daños a los vehículos o la muerte de cualquiera de los conductores, y estos hechos producen unas consecuencias jurídicas. Si un vehículo que no esté en buen estado y se desliza por la lluvia, nos preguntamos ¿Quién es la culpable del accidente: la lluvia, o es la carretera, o el mal mantenimiento del vehículo, o la falta de pericia de los conductores? Te cambia la perspectiva, te das cuenta que regula la mayoría de las instituciones civiles.

¿Fueron justos los romanos?

Risas… Yo soy una apasionada del Derecho Romano y no creo que sea muy objetiva esta opinión, risas… Lo cierto es, que es la base de nuestro Derecho y su antecedente histórico-jurídico. Sí tuvieron una mente universal, tuvieron un sentido universal de pensamiento jurídico.

Silvia Marín ha ganado muchos asuntos legales. También ha salido airosa a circunstancias de austeridad que caracterizaron su vida en otrora. Hoy se nos muestra como una abogada exitosa, exigente, acuciosa en la búsqueda de la verdad y la justicia. Una mujer profesional con sabiduría, belleza y altivez a flor de piel. Gran abogada zuliana en nuestras Conversaciones con la Historia.

José Rafael Rivero
Twitter: @jrivero29
e-mail: [email protected]

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