*** Wilmer Apóstol, jefe de seguridad y custodia, solo piensa en negocios. “El es el brazo ejecutor de las turbias negociaciones con los delincuentes privados de libertad”, nos aseguró una alta funcionaria del MPPSP
La situación en la Penitenciaria General de Venezuela, ubicada en San Juan de Los Morros, capital del estado Guárico, sigue siendo delicada. La anarquía, la corrupción y la alcahuetería con el hampa de la ministra del Poder Popular para el Servicio Penitenciario, Iris Varela; ha agravado el problema.
Una alta funcionaria del mencionado ministerio nos confirmó que Iris Varela le encomendó la solución de ese conflicto a dos personas: A Wilmer Apóstol, quién es jefe de seguridad y custodia del Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario y, al exgrandeliga Ugueth Urbina, quién durante sus años de prisión en la PGV fue uno de sus líderes. Urbina estuvo dialogando de la cárcel con los pranes Franklin masacre (Franklin Hernández) y el ratón (Nelson Barreto), para lograr la liberación de rehenes. Esas conversaciones se rompieron el día cuando Franklin masacre mató al ratón.
Desde sus años de encierro en la PGV, entre Ugueth Urbina, Humberto José Rodríguez Grimán, alias trompeta; y, Nelson Barreto, alias ratón; nació una estrecha amistad. Luego de haber cumplido condena de 14 años y a los pocos días de haber sido liberado en febrero de 2011, el trompeta fue ultimado por funcionarios del CICPC en un sector de la urbanización Caña de Azúcar en Maracay. A la salida trompeta, el ratón quedó al frente del pranato de la PGV. Luego llegó Franklin masacre, a quién Barreto, alias ratón, recibió con honores y compartió con él su poder.
El párrafo anterior es para que se entienda el porqué la ministra Iris Varela decidió que el exgrandeliga Ugueth Urbina ayudara en ese conflicto, pero evidentemente fracasó. Y fracasó, según nos dijo la alta funcionaria del MPPSP con quien conversamos largamente, porque el hombre de confianza de la ministra Varela, Wilmer Apóstol, solo piensa en negocios. “El es el brazo ejecutor de las turbias negociaciones con los delincuentes privados de libertad”, nos aseguró.
Nos explicó: “Wilmer Apóstol es el primer alcahuete de los delincuentes, con quienes negocia permanentemente. En las tomas de los penales él se beneficia de las requisas, porque se queda con armas, balas, fusiles para su posterior comercialización y lucro personal. Él está empeñado en la toma, porque sabe que en materia de armas, drogas y dinero, la PGV es una mina”
Al parecer, luego que Franklin masacre asesinó al ratón, Ugueth Urbina no ha querido saber más nada del conflicto de la PGV. Hoy, dicen, se inclina por la toma del penal, sin embargo aún la ministra Iris Varela no se decide. Y si lo hace, no debe permitir la intervención en ese procedimiento de Wilmer Apóstol.
¿PORQUE NO WILMER APÓSTOL?
Wilmer Apóstol es el primer alcahuete de los delincuentes. Aquì lo vemos con su protectora, la ministro Iris Varela
La funcionaria nos dijo que “hace 4 años el jefe de seguridad y custodia Wilmer Apóstol, alias traqueto, intentó introducir un lote importante de armas para la Penitenciaria General de Venezuela en un carro ministerial, pero se “cayó con los kilos”. Lo detuvo la GNB y fue privado de libertad. En ese entonces, esa privativa la ordenó la propia Iris Varela, pero luego de conversar con él, ese mismo día la misma Iris lo mandó a soltar, sabiendo que es un corrupto de marca mayor dentro del Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario”.
¿Y porque hizo eso la ministra?
-No sabemos. Yo particularmente creo que el tipo le conoce muchas historias y episodios oscuros y la chantajea. No hay otra explicación lógica-
También nos dijo la funcionaria que Apóstol fue funcionarios de la Policía Municipal del municipio Sucre del estado Miranda, (Poli Sucre). “Él fue procesado por un homicidio, pero la ministra Iris Varela, junto a la hoy destituida fiscal María Mercedes Berthe Espinoza, quién era la Directora Nacional de Derechos Fundamentales, le borraron totalmente ese antecedente. No dejaron rastro en el sistema, pero por allí tenemos un documento en físico bien guardado, para demostrar esa vagabundería en su momento.”
LA SITUACIÓN SIGUE TENSA EN LA PGV
Desde hace más de un mes, la Penitenciaria General de Venezuela, ubicada en San Juan de Los Morros, capital del estado Guárico, ha sido escenario de hechos muy connotados que causan alarma colectiva en esa región llanera.
Todo comenzó cuando el miércoles 14/09/2016 explotó una granada en la fiesta de cumpleaños de Franklin masacre, pran de la PGV. Ese día murieron 6 personas, 23 resultaron heridas y un joven de 18 años desapareció. Posteriormente, 6 de las personas lesionadas en ese hecho también fallecieron. Seis días después dos custodios fueron asesinados en sus hogares, por orden del pran. Días después autoridades militares detectaron un faltante de 84 granadas en el Fuerte Conopoima y vincularon el hurto con los reclusos de la PGV. El día después del escándalo de la sustracción de las granadas de esa instalación militar, es decir, el 27 de septiembre, funcionarios de distintos cuerpos de seguridad se desplegaron en las afueras del penal. Desde ese día están suspendidas las visitas en la cárcel y más de mil familiares fueron secuestrados por el líder del centro penitenciario. Durante el conflicto fuentes extraoficiales han confirmado la muerte de 9 presos por tuberculosis y han advertido que 16 reos padecen la enfermedad.
Sin información oficial alguna, el miércoles 27 de septiembre de 2016 y los días subsiguientes, los pobladores de San Juan fueron testigos de excepción del impresionante despliegue de fuerzas militares en la zona, así como de funcionarios del CICPC, Policías uniformadas, DGCIM, y del Grupo de Acciones de Comando de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela, a los alrededores de la PGV. Se hablaba de que grupos comandos asaltarían la penitenciaria, pero los días han transcurrido y las fuerzas oficiales luego de esa movilización, permanecen allí estáticas, sin acción alguna. Amaneciendo el día viernes 21 de octubre hubo movimientos militares que generaron en el seno de la población muchos rumores. Decían que a plomo limpio las fuerzas gubernamentales habían tomado el penal, pero nadie informaba oficialmente nada.
La tarde de ese viernes 21 se logró conocer que lo que hubo en la Penitenciaria General de Venezuela (la PGV) fue un feroz enfrentamiento entre los pranes Franklin masacre (Franklin Hernández) y el ratón (Nelson Barreto) por el control absoluto del penal. Esa sangrienta guerra finalizó luego que Franklin masacre acabara con la vida del ratón y se quedó posesionado de la jefatura delictiva de esa cárcel venezolana. Ese fue el motivo del intenso tiroteo, con explosiones que escucharon y atemorizaron a los habitantes de la capital del Guárico.
La diputa entre “Franklin masacre y el ratón, se originó porque el último de los mencionados decidió rendirse ante las autoridades y se disponía a deponer las armas y dejar entrar a la cárcel a las fuerzas del gobierno.
Franklin masacre consideró eso como una traición y procedió a liquidar a su rival. Ese enfrentamiento entre ambos pranes dejó en evidencia que en la Penitenciaria General de Venezuela hay más armas que las que las autoridades militares y policiales estiman.
¿QUIÉN ES FRANKLIN MASACRE?
Hablemos ahora del pran de la PGV. Viru Viru, “Franklin masacre y Franklin La Guaira, son los apodos que se le atribuyen al ahora jefe absoluto del lugar. Su nombre real es Franklin Paul Hernández Quezada, de 43 años de edad. Nacido en La Guaira, estado Vargas, inició su historial criminal en 1996, con el delito de lesiones personales y un año más tarde atracó y asesinó a un hombre.
El hombre de 43 años de edad, luego de haber sido responsable de la comisión del delito de robo a mano armada en la avenida Atlántida de Catia La Mar, estuvo recluido en el penal guariqueño entre el 2 de marzo de 2003 y el 21 de abril de 2010. Una vez cumplida la pena, se regresó a su vivienda en el barrio Ezequiel Zamora en Catia, donde formó una banda de al menos 15 miembros, dedicados al secuestro, robo y extorsión.
Por otra parte, al antisocial se le vinculaba familiarmente con los expranes de la PGV; Humberto José Rodríguez Guzmán, alias el trompeta, y Leonardo José Martínez Palomo, apodado el Leo, ambos fueron ultimados por funcionarios del CICPC.
Ante ese escenario, en 2015 se desplegó la Operación de Liberación del Pueblo (OLP) en el litoral central para dar con su paradero, sin embargo, huyó junto a sus hombres al penal llanero. Desde esa fecha compartía el pranato con Nelson Alejandro Barreto Reyes, apodado el ratón.
Hay quienes sostienen que pagó condena por homicidio y lesiones, pero su estancia en la Penitenciaria General de Venezuela (PGV) se prolongó más tiempo del que estipularon los tribunales. Ahora, desde el viernes 21 de octubre, este hombre es reconocido dentro de la cárcel de Guárico como el pran absoluto. En agostó fue quien comandó el secuestro de los trabajadores del Ministerio para Servicios Penitenciarios que laboran allí.
LA ORDEN QUE NUNCA LLEGA
Mientras esto ocurre en la parte interna del penal, en las afueras, desde el 27 de septiembre, permanecen las fuerzas militares y policiales esperando la orden para tomar el control de esa peligrosa cárcel. Nadie entra, nadie sale.
Entre tanto el Estado gasta en este conflicto un dineral, manteniendo en la zona muchos funcionarios, es decir, horas/hombre.
Nadie puede explicarse como un Estado, con toda la fuerza de la que dispone, puede arrodillarse frente a un grupo de delincuentes que a pesar de estar presos, mantienen aterrorizada a toda una población.
Este régimen y sus fuerzas militares y policiales, que se dice “revolucionario”, es valiente a la hora de desatar su aparato represivo contra sus adversarios políticos, pero débil y cobarde frente a una delincuencia desbordada que mantiene atemorizada a la población desde sus guaridas en los distintos penales del país.
Norman H. Dupray
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