*** El presidente de la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Roberto Lückert, denuncia que a los expulsados «les rompen las casas, los roban, los sacan como unos animales a la frontera». «Tenemos que reclamar porque eso no puede continuar», expresa
*** El arzobispo de Coro, en declaraciones divulgadas por la Conferencia Episcopal, aseveró que ahora deportan a colombianos porque no sirven a los intereses del gobierno, «pero cuando interesaban en elecciones los traían a votar». Agregó: «Si en este momento todos los colombianos del Zulia deciden irse le creamos un gravísimo problema a Colombia, y si se van nos crean un gravísimo problema a nosotros, porque trabajan y han constituido familias de tres y cuatro generaciones».
*** Maduro no responde llamadas de Santos para hablar de la crisis
La Iglesia condenó la deportación de colombianos. El presidente de la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Roberto Lückert, denunció atropellos a los derechos humanos de los deportados durante la ejecución de la medida ordenada por el presidente Maduro.
«Les rompen las casas, les roban, los sacan como unos animales a la frontera. Tenemos que reclamar porque eso no puede continuar», dijo.
Calificó de una barbaridad la situación e indicó que «la presencia de los hermanos colombianos en Venezuela no es de ahora, ambos pueblos conviven desde hace muchos años trasladándose a ambos lados de la frontera; ahora deportan a los colombianos porque no sirven a los intereses del gobierno, pero cuando interesaban en la campaña electoral traían colombianos a votar».
Considera que el jefe del Estado busca solventar de manera equivocada la crisis.
«Él quiere resolver el problema de la inoperancia económica de este gobierno durante 16 años a través de una medida con la cual están exaltando el patrioterismo de algunos venezolanos», aseveró el también arzobispo de Coro en declaraciones a ACI prensa, divulgadas por la Conferencia Episcopal.
Lückert se refirió al aporte de los colombianos al país.
«Si en este momento todos los colombianos del estado de Zulia deciden irse a Colombia, le creamos un gravísimo problema a Colombia porque no tiene dónde acomodarlos. Y si se van, nos hacen un gravísimo problema a nosotros porque ellos han trabajado y siguen trabajando y han constituido familias de tres, cuatro generaciones».
Diálogo necesario. La primera reunión entre las cancilleres de Colombia y Venezuela el miércoles en Cartagena fue un preámbulo que no permitió ahondar en salidas a la crisis, coinciden los internacionalistas Carlos Romero y María Teresa Belandria.
«El gobierno insiste en que los únicos actores negativos son el narcotráfico y los paramilitares, cuando se sabe que en la frontera participan otros factores como el bandolerismo y la guerrilla. En el caso colombiano hay muchas divergencias, está la posición del presidente Santos y el pronunciamiento de (César) Gaviria de irse de Unasur», señaló Romero.
El analista cree que para evitar una profundización del conflicto debe acordarse una reunión entre los presidentes Maduro y Santos con la mediación de garantes de la región.
Criticó que pareciera que el gobierno hubiese abandonado la bandera antiimperialista y la defensa del Esequibo para tomar la fronteriza.
«Si esto se trata de un trapo rojo, un lado electoral como la marcha convocada para movilizar a la gente del PSUV, sería lamentable por las heridas que produce esta crisis humanitaria», argumentó Romero.
María Teresa Belandria dijo que la solución a la situación fronteriza debe asumirse de manera bilateral. Señaló que la reunión entre las cancilleres fue en medio de una contingencia y que el cierre fronterizo se hubiera evitado si aún funcionaran mecanismos institucionales como las comisiones binacionales.
«Debe abrirse la frontera
Ese es el punto de honor ante la crisis; las medidas asumidas dan pie para que se agudicen los problemas que se quieren combatir, como el comercio ilegal y todos los ilícitos que allí se producen», destacó.
Tomado de El Nacional / SOFÍA NEDERR
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