Henry Ramos Allup: “País Hazmerreír”

Se comprende que uno escriba en minúsculas las rimbombancias de un Gobierno jetón tan largo en palabras como escaso en realizaciones: revolución bonita, socialismo del siglo XXI, país potencia, bolívar fuerte, cinco motores de la revolución, zonas de paz, comandante eterno, viviremos y venceremos, tenemos patria, patria segura, mejor país del mundo, suprema felicidad social, pedeval, misión barrio adentro, mercales y mercalitos, gran misión vivienda Venezuela, madres del barrio, son- diez-millones-son-diez, soberanía agroalimentaria, gallineros verticales, fundos zamoranos, areperas socialistas, rutas de la empanada, comunas…

Este Gobierne convirtió a Venezuela en una bazofia. Si ayer venían inmigrantes de todas partes porque éramos tierra llena de oportunidades, hoy nuestros jóvenes emigran por millares buscando la vida y el porvenir que un Gobierno rapaz les robó. El régimen chavista hizo del país una mugre donde el paisaje es la basura, e! hampa impune, las calles rotas, en el que proliferan las más inverosímiles expresiones de economía informal, la matraca, los mendigos, ventorrillos y vendedores de cualquier cosa, malabaristas callejeros, trabajadores sexuales ambulantes, neoprofesiones como el bachaqueo, traficantes y consumidores de drogas al menudeo, niños abandonados, zagaletones delincuentes, indígenas pordioseros y pare de contar. Dilapidó los recursos que hoy necesitamos para subsistir en regalos a países vecinos a fin de comprarle al capataz un liderazgo de pacotilla del que se burlaban hasta quienes lo aplaudían. Abandonó nuestras fronteras, destruyó el aparato productivo, confiscó fábricas que hoy no producen nada, saqueó fincas antes prósperas para que ladrones civiles y militares se robaran ganados y maquinarias y las dejaran convertidas en rancherías, liquidó las reservas internacionales, nos endeudó hasta la ruina, destruyó PDVSA, las empresas de Guayana, el sistema eléctrico nacional, la distribución de agua, la portentosa red vial más importante de Latinoamérica que una vez fue motivo de orgullo, convirtió las unidades educativas en centros para difundir una historia falsificada y mentirosa, las fechorías de la revolución y las glorias imaginarias del déspota delirante que la encabezaba, al que pretenden colocar como par del Libertador. Nos puso a importar el 70% de lo que consumimos (alimentos, medicinas, insumos, bienes de capital), generó en 16 años una devaluación del 10 mil por ciento, dilapidó una cantidad inimaginable de divisas, pulverizó la moneda, encareció exponencialmente el costo de la vida y fabrica culpables imaginarios a quienes cargar la lista descomunal de sus delitos.

Si nuestra nacionalidad aquí no sirve para nada, en el exterior es raya y causa de discriminación. Por eso, cualquiera que tiene un ancestro europeo gestiona afanosamente pasaporte de otra nacionalidad para deslastrarse del venezolano que en el extranjero nos identifica como visitantes indeseables y sospechosos de lo que le venga en gana a las mismas autoridades de inmigración que antes nos recibían con alborozo. Hemos llegado al bochorno de que en las puertas de nuestras embajadas, ciudadanos de otros países nos burlan colocando montones de papel tualé. Si hasta Cuba nos exige visa para viajar allá, mientras los cubanos que aquí se comportan como dueños no la necesitan para nada. Somos el hazmerreír del mundo.