¿En manos de quién estamos? Aterroriza el número de militares y policías involucrados en atracos, secuestros, homicidios, contrabando y tráficos de drogas

Casi a diario están atrapando in fraganti a efectivos militares y policiales  cometiendo delitos. Son innumerables denuncias y reseñas publicas que presentan a los uniformados con chapa y pistolas de ser cómplices, facilitadores o autores de graves delitos, lo que evidencia un grave problema de deterioro moral y corrupción en las fuerzas de seguridad del país.

 

Los efectivos militares y funcionarios policiales corruptos se han convertido en un engranaje esencial para la penetración y crecimiento de la delincuencia organizada en Venezuela, lo que se refleja en las alarmantes cifras de criminalidad que el régimen ya no puede ni ocultar.

Asombrosamente se observa a integrantes de las Fuerza Armada Nacional (desde oficiales de alto rango, hasta soldados rasos) acusados de transportar alijos de drogas en vehículos militares, de facilitar el paso de aviones o cargamentos del narcotráfico o de manejar el contrabando de gasolina hacia Colombia.

Otros escándalos han estallado por los casos de funcionarios policiales que permiten el escape de detenidos, apoyan o son parte de bandas de secuestradores y extorsionadores o facilitan armas e información a grupos delictivos, incluso proporcionando armas de guerra y granadas a las mafias carcelarias.

No en vano, en las encuestas realizadas por organismos internacionales, más del 90 por ciento de la población venezolana tiene opiniones negativas y muy negativas, acerca de sus autoridades militares y policiales. Además, es igualmente alto el porcentaje de los entrevistados en Venezuela que cree que la policía está involucrada en innumerables delitos y que la mayoría están directamente conectados con el crimen organizado.

El hoy Vicepresidente de la República, Tarek El Aissami, cuando en el 2009 ejercía la titularidad del Ministro de Relaciones Interiores, admitió que 20 por ciento de los delitos en Venezuela son perpetrados por funcionarios policiales. Pero, desde esa fecha, aunque no existen estadísticas, la percepción general es que esa estimación del funcionario quedó chiquitica, frente a la realidad de hoy en día. En la memoria del país aun está latente el recuerdo de los 11 funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) que fueron aprehendidos en enero de 2015 por mantener secuestrado en la Sub delegación de El Valle a un comerciante de origen chino, que retenía en esa sede policial y pedían rescate por él. En ese entoneces fue el presidente de la Comisión por la Revolución y Reforma Policial, Freddy Bernal, quién informó que fue allanada la Comisaría del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de El Valle, debido al secuestro de un comerciante. Nunca más se supo que pasó con ese procedimiento. Lamentablemente desde que ocurrió ese hecho, que por su connotación estremeció a la opinión pública nacional e internacional, las cosas han empeorado en el país. Hoy es común observar a grandes titulares de policía y militares capturados o investigados por la comisión de múltiples delitos.

Este mismo fin de semana que acaba de pasar, se reseñó que cinco funcionarios adscritos a la dirección de Investigaciones Estratégicas del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y un efectivo de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) fueron detenidos por estar implicados en una ola de atracos perpetrados en la ciudad de Acarigua, estado Portuguesa.

Los funcionarios detenidos fueron identificados como los detectives: 1) Jhosue Ysays Torín Alcalá, C.I.: V-19.282.917, Credencial. T5FPNH; 2) Bairon José Piñero Toloza, C.I.: V-21.469.904, Credencial X2EPKE; 3) Franklin Virvalnez Giménez, C.I.: V-18.673.587, Credencial TCW3PB; 4) Emerson Eloy Corobo Virguez, C.I.: V-20.810.815, Credencial 0XZBO6; 5) José Guillermo Suárez Rodríguez, C.I.: V-25.035.231, Credencial PA0RHO, todos adscritos a la Dirección de Investigaciones Estratégicas SEBIN-Caracas.  Asimismo fue capturado el funcionario de la PNB: 6) José Ramón Cabello Puerta, C.I.: V-16.953.381, Credencial 00000717. Estos “polichoros” fueron detenidos luego de que se recibieran denuncias sobre un grupo integrado por unos seis sujetos, quienes habían perpetrado al menos dos asaltos, uno en un local comercial, donde procedieron a robar a más de 20 clientes. Posteriormente el grupo intentó despojar de su vehículo al capitán de la GNB Víctor José Aguilar Giménez, C.I.: V-16.752.381.

Cuando los periodistas terminábamos  de teclear la última frase de esa información, nos llegó otra, igual de grave: Siete efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana fueron aprehendidos en el sector “Invasión Los Cortijos de Oriente”, municipio Simón Bolívar del estado Anzoátegui, luego que fuertemente armados asaltaron la finca “El don de Dios”, ubicada en el sector Querecual II, zona rural de Barcelona. Según el parte policial, luego de varias pesquisas se logró determinar la participación directa de los detenidos mismos en el hecho. Ellos ingresaron a la mencionada finca armados y sometieron al dueño del predio agrícola Rafael Antonio Duque y a todos los trabajadores para robarse, como lo hicieron, todos los implementos agrícolas. En ese procedimientos cayeron: 1) Deivis Rafael Torres Linares, Sargento Segundo de la GNB, 23 años; 2) Oscar Antonio Moreno Mejías, Sargento Primero de la GNB, 27 años; 3) Hasslen Luis Blondell Lunal, Sargento Primero de la GNB, 27 años; 4) Isnaldi Andrés Fermín Enrique, Sargento Primero de la GNB, 33 años; 5) Jesús Gregorio Vegas, Sargento Primero de la GNB, 27 años; 6) Abner Manuel Marín Gutiérrez y, 7) Anderson Miguel Leiva Mejias.

A PUNTO DE SER LINCHADO

Cuando nos disponíamos a concluir este trabajo, recibimos un: Ultima hora: En la ciudad de Mérida una poblada intentó linchar al Sargento Segundo de la Guardia Nacional Bolivariana, José Gregorio Uzcategui Pírela, C.I N° 22.655.960; sorprendido in fraganti robando a un vecino del edificio N° 7 de las “Residencias Río Arriba”. Este fue capturado por varias personas de esa comunidad, que está cansada de los azotes de la delincuencia, ahora se encontraron con la sorpresita de que se trata de un Guardia Nacional quién los robaba. Enardecidos los vecinos le dieron una bestial paliza al guardia ladrón. Uzcategui Pírela fue salvado por los integrantes de la misma GNB, la cual lo trasladó a la sede central de la Guardia Nacional Bolivariana ubicada en la Urb. La Mata, donde quedó a la orden de la superioridad.

Así están las cosas durante la permanencia de este régimen en el poder… y eso es lo que tenemos.

 

José Rafael Ramírez
Periodista, CNP 3.141

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