*** Varios funcionarios sostienen estar muy desmoralizados debido a las últimas decisiones del alto pranato policial, como califican a sus superiores, por entenderse con los “lideres negativos” del Centro Penitenciario de Aragua, más conocido como la Cárcel de Tocorón
Por imposición de quien controlar el ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario, los jefes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) deben pagarle altas sumas de dinero a los pranes para que estos autoricen el ingreso a los penales de los centenares de presos que actualmente se encuentran hacinados en las diferentes delegaciones, subdelegaciones y brigadas ¡Insólito!
La noche de este miércoles 14, quién esta nota escribe fue invitado a una reunión con varios funcionarios del CICPC, donde primero confesaron estar muy desmoralizados debido a decisiones del alto pranato policial, como calificaron a sus superiores y, luego para informar a la opinión pública a través de esta nota, de la última orden absurda que recibieron, que fue la de recoger dinero para satisfacer demandas de los jefes carcelarios o “lideres negativos”, como los llama la señora ministra Iris Varela.
Resulta, según el relato de los investigadores policiales, en Aragua el CICPC deberá pagarle una causa* de 10 millones de bolívares a los pranes, para poder descongestionar los calabozos improvisados en las diferentes delegaciones, subdelegaciones y brigadas de ese organismo.
Según los informantes, esta aberración se debe a que régimen dictatorial instaurado en Venezuela ha puesto a importantes instituciones del Estado y a todos los ciudadanos a merced del hampa. El poder que han alcanzado los delincuentes dentro y fuera de las cárceles los hace dueños y señores de todo, hasta del control de los cuerpos policiales, a quienes imponen sus reglas y condiciones.
Explican los funcionarios (de quienes nos reservamos todos sus nombres, por el asunto ese de las represalias) que fueron llamados por sus jefes para ordenarles que tienen que recoger plata para pagar la causa* a los pranes para estos autoricen ingresar a Tocorón a todos los detenidos que permanecen hasta ahora encerrados en las oficinas del CICPC que han sido convertidas en calabozos improvisados.
“En Aragua tenemos seis oficinas (subdelegaciones), además de las divisiones de homicidio, vehículos, secuestro, robos, contra bandas, Grupo de Trabajo Auto dirigido (GTA) y cada una debe aportar un millón de bolívares para el pote que entregaran a los “lideres negativos” de Tocorón para que puedan recibirnos los detenidos. Por una parte es bueno, porque baja nuestra actual responsabilidad de cuidar tanto preso, pero muy mal moralmente hablando, que a los funcionarios nos obliguen a buscar dinero como sea para llevárselo a esos delincuentes.
También dijeron que los pranes han impuesto que los detenidos sean llevados al penal en horas nocturnas y los funcionarios que los lleven deben entrar al recinto carcelario a entregarlos, deben hacerlo desarmados. Eso nos preocupa enormemente, pues nos exponen a ser en algún momento, es decir, cuando a ellos se les antoje, a ser rehenes de los “lideres negativos” en ese peligroso recinto carcelario.
Hay que recalcar que el policía es el instrumento del Estado para hacer cumplir las leyes, mantener el orden y la seguridad, procurando el equilibrio entre los derechos y libertades de las personas para garantizar el bien común. Esa función policial es eminentemente social, la razón de su existencia es para proteger los derechos de las personas para que puedan ejercer a plenitud sus libertades; pero en este caso concreto, esa función queda totalmente desvirtuada, porque es inconcebible que a las instituciones policiales se les arrodille frente a quienes son por naturaleza enemigos de la sociedad
Sobre el inmenso poder que ejercen de los pranes, el colega periodista Siglic Gutiérrez escribió un trabajo en junio 2016 que tituló: “Venezuela es un pranato” (http://biendateao.com/siglic-gutierrez-venezuela-es-un-pranato/)
En ese trabajo el colega sostiene que “Todas las cárceles están controladas por unos líderes que entre ellos se llaman PRANES sostenidos por bandas delictuales con lazos externos que controlan el sicariato, el robo de vehículos, drogas y todo lo que tenga que ver con los actos delictivos. Su poder de influencia es tan poderoso que la cúpula del gobierno a través de Iris Valera, la ministra plenipotenciaria de las cárceles de Venezuela denomina “lideres positivos” y “lideres negativos” a los diferentes pranes.
Pero cuál es la diferencia? Nada más y nada menos que los pranes positivos son aquellos que pactan con el gobierno para el sostén de los mismos cediéndole autoridad en el control de la barriada, cárceles y sitios de influencia sin que el estado se inmiscuya en sus actos delictivos; pero eso si, en las manifestaciones en contra del gobierno deben salir a reprimir con el eufemismo de “colectivos” y si es necesario matar a los opositores. Es por ello que a estos grupos se les ve agrediendo impunemente a la oposición bajo la protección y el tutelaje de la guardia nacional y la policía.
En cuanto a los pranes denominados “lideres negativos” estos no hacen concesión, ni negocian con nadie, no les interesa nada que no sea el control de su zona y su gente. Situación que ha llevado a la ministra Iris a intervenir directamente algunas cárceles para imponer sus “lideres positivos” y a la policía estadal los barrios para crear sus “zonas de paz” que no es otra que ubicar los malandros adeptos al régimen.
Concebir este análisis como una realidad para el extranjero o el chavista devoto resulta una locura inventada en un trasnocho de redacción, pero la realidad rompe cualquier parámetro de la imaginación por los acontecimientos que vemos en nuestras prisiones y en los barrios de las capitales de Venezuela.
Por nuestra parte solo concluimos que en estos tiempos ya no sorprenden las desgracias que son anunciadas por los diferentes medios de comunicación, no se le presta atención a ellas o tal vez, no las dimensionamos de acuerdo a la importancia que tienen. Simplemente dejamos de sentir que algo nos conmueve, porque vivimos dentro de una frialdad increíble. Hemos perdido nuestra capacidad de asombro porque hemos olvidado lo que realmente importa, lo trascendente, lo que da sentido a nuestro existir y no a nuestro vivir.
José Rafael Ramírez
Periodista, CNP 3.141
*Causa: Con esta palabra denominan dos cosas en las cárceles. Una causa es lo que el preso paga periódicamente al pran y su “carro” por vivir en ciertas zonas del recinto carcelario. También por disfrutar de algunos “privilegios”; por ejemplo, los que venden chucherías y drogas deben pagar causas especiales por eso. Pero también es “causa” o varios “causas” a quienes han participado conjuntamente en la comisión de delitos y que se les procesa en un solo expediente, es decir, a los cómplices de la fechoría que son procesados en una misma causa judicial.
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