Miami Herald, especial Jim Wyss.- Durante los últimos 10 meses, mientras Juan Guaidó ha tratado de tomar el control de Venezuela, ha tenido un gran activo de su lado: el amor de la gente.
Mientras su enemigo, Nicolás Maduro, controlaba a los militares y se sentaba en el palacio presidencial de Miraflores, Guaidó podía afirmar legítimamente que tenía a la nación de su lado y que era mucho más popular.
Ahora, una nueva encuesta sugiere que, cuando se trata de índices de aprobación, los dos hombres están en un punto muerto estadístico.
Una encuesta de Meganálisis publicada este miércoles 04/12/19 encontró que solo el 10 por ciento de los encuestados todavía «cree, confía y apoya» a Guaidó, el hombre que Washington y otras 50 naciones consideran el presidente legítimo del país. Cuando se les preguntó sobre Maduro, quien ha estado en el poder desde 2013, la encuesta encontró que el 9 por ciento dijo que todavía lo apoyan.
La encuesta de 1,580 personas se realizó del 25 de noviembre al 2 de diciembre y tiene un margen de error de +/- 2.7 por ciento, lo que significa que los hombres están en un empate virtual.
La encuesta es mucho más oscura para Guaidó que otras encuestas. También el miércoles, los medios locales informaron que Delphos emitió una encuesta que le dio a Guaidó un índice de aprobación de alrededor del 45 por ciento.
Aun así, la encuesta de Meganálisis es solo una indicación más de que Guaidó, de 36 años, está perdiendo fuerza en su prolongada batalla para arrebatarle el control a Maduro, y pinta una imagen de una oposición contra las cuerdas.
En particular, la encuesta encontró que solo el 11 por ciento de los encuestados dijo que todavía «confía y apoya» a la Asamblea Nacional controlada por la oposición. Ese cuerpo es visto como el último bastión de La democracia venezolana por parte de la comunidad internacional y es el único lugar donde la oposición aún domina.
Pero el cuerpo legislativo ha sido sacudido por acusaciones de corrupción. El martes, la Asamblea Nacional abrió una investigación sobre nueve legisladores de la oposición acusados de cabildear en nombre de empresarios colombianos que estaban siendo investigados por sus vínculos con el controvertido y corrupto programa de alimentos subsidiados de Venezuela.
La encuesta refleja la creciente desconfianza de las intenciones de los legisladores. Un 72 por ciento de los encuestados dijeron que creían que los legisladores de la oposición estaban cerrando acuerdos secretos con Maduro y el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Aun así, está claro que Venezuela está desesperada por un cambio en medio de una crisis económica que obligó a millones de personas a huir del país. En medio del colapso, el 82 por ciento dijo que no recibían agua municipal diariamente y el 42 por ciento dijo que su acceso a la electricidad era «terrible».
Actualmente, el 87 por ciento de los encuestados dijeron que querían que Maduro y sus aliados, o chavistas, estuvieran fuera de su cargo.
Meganálisis, un encuestador con sede en Caracas, ha existido durante años y ha sido relativamente preciso con sus predicciones en el pasado.
Guaidó saltó a la fama en enero cuando anunció que era su deber constitucional, como jefe del Congreso, asumir la presidencia. En su relato, Maduro, de 57 años, había cometido fraude en las elecciones presidenciales de 2018 para mantenerse en el poder y debería considerarse un «usurpador» ilegítimo. En las primeras semanas y meses, cuando la región se recuperó alrededor de Guaidó, pudo movilizar grandes multitudes que parecían amenazar de manera creíble el control del poder de Maduro. Pero las marchas recientes han sido más débiles y el poder de Guaidó parece estar disminuyendo.
El ochenta y cinco por ciento de los encuestados dijo que no saldría a la calle si Guaidó o la Asamblea Nacional se lo pidieran.
Maduro ha mantenido durante mucho tiempo que Guaidó es la figura de un intento de golpe respaldado por Washington. Y dice que la victoria electoral del año pasado le da el derecho de gobernar hasta 2025.
Guaidó podría enfrentar una prueba crucial el próximo mes cuando el Congreso pueda celebrar una votación de liderazgo. Si bien los cuatro principales partidos de la oposición han dicho que quieren mantenerlo al timón y, por lo tanto, como presidente interino, también hay rumores de que puede enfrentar desafíos.
Además, se espera que el gobierno de Maduro convoque nuevas elecciones al Congreso en algún momento de 2020, poniendo en riesgo el control de la oposición.
Los crecientes escándalos políticos y el malestar general «probablemente debilitarán aún más a la oposición y profundizarán las divisiones dentro de la coalición de Guaidó», escribió el Grupo Eurasia, una firma de análisis político, esta semana. «Esto se produce cuando la oposición ya está luchando por definir una estrategia que haya agotado todas las opciones para forzar el cambio de régimen». (Esta historia ha sido actualizada del original para incluir información sobre Delphos.)
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