*** La «reapertura forzada» fue consecuencia del grupo de damas que el 5 de julio rompieron la barricada humana del Ejército
La lectura política de la iniciativa ciudadana de cruzar la frontera para comprar comida y alimentos en Colombia pone al descubierto la debilidad del gobierno para afrontar la crisis, de acuerdo con el criterio de varios analistas políticos.
El politólogo Luis Salamanca indica que este hecho «deja en evidencia la grave crisis humanitaria y desmiente las versiones oficiales en las que se señala que en el país no está pasando nada y solo se trata de una guerra mediática». Además, acelera la búsqueda de un cambio de gobierno.
Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos, agrega que lo ocurrido durante el fin de semana no repercute negativamente en la imagen del presidente Nicolás Maduro porque la evaluación desfavorable hacia su gestión se encuentra en un punto en el que no puede seguir aumentando.
Salamanca y Seijas coinciden en que la reapertura de la zona limítrofe tuvo como objetivo «bajar la presión social» en esa zona, golpeada por el agudo desabastecimiento. «Aunque no todos podían pasar, una buena parte sí lo hizo, lo que generó una sensación de que el gobierno respondió una exigencia», explicó Seijas.
Francine Jácome, también politóloga, agrega: «Es irónico que casi un año después del cierre unilateral del paso entre ambas naciones sean los venezolanos los que van a Colombia a buscar comida y medicamentos. Eso es una contradicción y hace necesario que el gobierno evalúe el cierre por los problemas que ha traído».
Otro aspecto que destacan Jácome y Seijas es que dudan de que el gobierno se atreva a reconocer la crisis humanitaria, y no descartan que se intensifique la matriz de opinión sobre el sabotaje contra el país. «No creo que vayan a modificar el discurso. El argumento seguirá siendo la guerra mediática y la guerra no convencional», dice Jácome. Seijas añade que algunas autoridades han comenzado a reforzar las ideas sobre la llamada guerra económica.
Especialistas advierten que la «reapertura forzada» es consecuencia de la irrupción de 500 damas, que el 5 de julio rompieron la barricada del Ejército, apostados en la zona limítrofe para impedir el paso al país vecino. «Las mujeres que pasaron por encima de la fuerza militar fue el primer capítulo de una apertura presionada. Eso generó un problema de pérdida de autoridad de los funcionarios», añade Salamanca.
Agregan que la situación de Venezuela se asemeja a la crisis de refugiados en Europa, que podría llevar a Colombia a tomar medidas drásticas.
Ayatola Núñez / El Nacional
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