A un año de su partida, J.R. RAMIREZ

Palabras a mi Padre…

Hoy se cumple un año de la partida física de mi padre, el Gordo Ramírez, un año en que para mi, el tiempo se detuvo. Un año en el que la vida nos cambió por completo, un año en donde familia, amigos, esposa, hijos y nietos intentamos rehacer nuestras vidas sin el auxilio de tu maravillosa presencia.

En esta difícil circunstancia, me auxilio en un lugar común, pero bien vale la concesión. Fuiste un padre excepcional, como pocos. Un hijo luchador y único. Adoraste a tu madre hasta el último aliento de su vida, fue tanto el amor que le profesaste, que decidiste partir a su lado. Tus nietos fueron tu más grande adoración, Marita te siente cada segundo de su vida porque nunca te separaste de ella. La protegiste como a mí, tú negrita Mati con el corazón destrozado llora tu partida día a día e Intenta sobreponerse de este duro golpe para el cual ninguno de nosotros estaba preparado. Tu hermano y hermanas te ven cercano, en tantos recuerdos  compartidos de tu infancia. Cada uno de ellos, en cada parte de su ser…

Tus amigos anhelan replicar esas largas y vitales conversaciones; en las que disfrutaban a tu lado con un cafecito, o con un whiskysito …  Me cuentan tantas cosas que vivieron a tu lado y extrañan sobre todo tu sabiduría, a veces me hace cuestionarme el porqué de tu partida, pero entiendo que Dios necesitaba un ángel hermoso y brillante como tú, hecho de madera fuerte y sin miedo. Imagino que el supremo necesita hacer un periódico a tu lado. Con tu fuerte y asertiva pluma…

Trato día a día de mantener tu legado, trato de seguir con el esfuerzo de tantos años y continuar con esta tu página amada. Tú bebé, la que creaste con tanto amor y en la que trabajabas día a día para que se hiciera más grande la voz de la justicia. Desde tu escritorio pasabas horas y horas escribiendo, y aún recuerdo como si fuese ayer, tu cara iluminada con ese placer excepcional que experimentabas cada vez que dabas un tubazo. Y cada vez que sabías que habías ayudado a un inocente a decir su verdad.

El periodismo fue parte de tu vida desde que naciste, por eso Dios decidió que llegaras al mundo un 27 de junio, Día del periodista. Siempre tenías doble celebración, y las disfrutabas como nadie, tu carácter fuerte, siempre noble, marcaron la diferencia. Tú amor a la profesión me contagio desde que nací, me llevabas en una cesta pequeñita a trabajar y me ponías a tu lado, mientras que con una mano escribías, con la otra me alimentabas. Paseaba contigo por todos los periódicos en los que laboraste y hoy en día muchos de tus amigos me recuerdan de pequeña corriendo por esos largos pasillos y oficina donde disfrutaba horas a tu lado.

Me preparaste para este hermoso mundo periodístico, me inscribiste en los mejores cursos de fotografía, Diseño, Redacción, y cada cosa que considerabas era parte de una buena estructura y formación profesional para mí. Siempre me decías: Hija lo más grande que te voy a dejar cuando ya no este, van a ser tus estudios», y así fue. Gracias a ti hoy soy una profesional preparada para continuar con tu legado, aunque siempre me decías que nunca podía dejar de estudiar.

Tus bibliotecas llenas de libros impecables y llenos de sabiduría, día a día como siempre dijiste, hay que amoblar el cerebro y nunca paso un solo día que no te viera con un libro, ni siquiera cuando enfermaste. Tus libros eran tu más gratificante compañía.

 Fuiste un padre no solo para mí sino también para mis amigos, para mi esposo, para mi hija, para tantas personas que necesitaron de ti y que siempre sabían que contarían con tu apoyo. Me legaste muchos hermanos adoptivos como les decías por cariño, hermanos que aún hoy en día están a mi lado recordando tu grandeza. Disfrutabas el tiempo con tus tan queridos amigos, y me contabas infinidad de vivencias a su lado. Hablabas de tus viajes, de tus aprendizajes, de miles de hilarantes chistes con los que te reías con una telúrica sabrosura. Única condición en ti.

Me dejaste siempre ser libre, jamás escuché de tu boca una mala palabra, o una gruesa imprecación para mí. Tus palabras, siempre fueron consejos llenos de sabiduría y siempre me enseñaste a dar sin esperar nada a cambio. Eras dueño del corazón más noble que un ser humano pueda tener, aunque escondido en esa fuerte capa que te caracterizo siempre y esos hermosos bigotes que eran un radar de ánimo para mí. Cada vez que los veía decía «Si están puyuditos está molesto mejor no le pido permiso, y si están normales si me va a dejar salir a rumbear»…

Esta semana recordé al lado de tus hermanos vivencias únicas. Me reía de tus juegos de dominó con tu morocha Luisa Ramírez de la que no te despegabas y cargabas como un monito para arriba y para abajo, Tu hermanita menor Thamarita que me acompañó en cada momento de tu partida y se quedaba largas horas esperando afuera del C.E.P.A.R.  Junto a mi esposo Alex, a quien consideraste más que un hijo, mientras yo te atendía dentro y por supuesto, tu hermano Carlos Ramírez y su esposa mi tía Tere, a quien también considere como tu morocho y con el que viviste y luchaste batallas dignas de un libro de Sherlock Holmes. Las navidades tan hermosas que pasábamos en familia y no puedo dejar atrás esas historias con tus colegas y compañeros de vida Alfredo Alvarez – Tío Alfi-  Henry Figeroa Brett – Fuga- Óscar Silva  Araque (Q.E.P.D.) y la tía Olguita -Olga Maria A.- quienes disfrutaban junto a mi madre Matilde Paiva de tu amistad generosa e incondicional.

Aunque es imposible para mí tener un consuelo para tu repentina partida, me llena de paz saber que viviste feliz. Muy a pesar de tantos golpes que recibiste de la vida, yo pude entender que disfrutabas cada persecución que vivías por decir la verdad. Disfrutabas cada ayuda que dabas desinteresadamente, te gustaba aconsejar y entregar amor a tus amigos… Desde tu partida, he recibido tantas demostraciones de amor y cariño para ti, que me llena de un infinita paz saber que tu pasantía por este mundo fue importante. Que aún sigue vigente y que estás lleno de vida porque tu presencia vital y decidida jamás se olvidará.

Hoy hace ya un año de tu partida, dejo esta invitación para nuestros familiares y para tus amigos, ya que sé que no pudieron despedirte como era debido en vista de las circunstancias. Agradezco a Dios haberme permitido despedirme de ti y sostener tu mano como tú siempre sostuviste la mía cuando partiste con nuestro señor. Agradezco a Dios que te me permitiera acompañarte en cada segundo de tu agonía y estar a tu lado cuando nadie más pudo. Sé que partiste sereno y en paz También se que querías ir al encuentro de tu madre, como tantas veces me lo dijiste.

Vuela muy alto mi viejo adorado, aquí está tu Piki que, aunque con el corazón constreñido, siempre sabré que estás conmigo. Que no me abandonas y que solo has partido a otro plano.  Actuó consciente de que me ves, que me escuchas, y estás presente en cada paso que sigo dando en la vida. Hoy, tu Familia y Amigos te despedimos quedándonos con los recuerdos más hermosos que nos diste y plenos en los valores que nos inculcaste, sin olvidar tus consejos y enseñanzas. Te escribo muy segura de que J.R. Ramírez vivirá para siempre.

Tu hija y solidaria colega

Dorelys Ramírez

CNP 25.825

Dia: 7 de Octubre 2022    Lugar: Iglesia de Base Aragua     Hora: 5:00 PM

A %d blogueros les gusta esto: