Emilio era extremadamente sano. Era un ángel, noble, trabajador, estudioso, profesional, afirmó su hermano José Hernández Esculpi
***Más de 10 hombres con armas largas y granadas entraron por la parte trasera de la casa ubicada en Tacagua Vieja, cuando la víctima veía televisión con una hija
Un funcionario del CICPC fue ultimado de un escopetazo en una pierna delante de su familia, el jueves pasadas las 9:00 pm, en su casa en el sector La Manguera, zona rural de Tacagua Vieja, en la autopista Caracas-La Guaira.
Emilio Rafael Hernández Esculpi, de 42 años de edad, estaba adscrito al Laboratorio de Física y Química de ese organismo, en el que tenía 5 años de servicio; además era diseñador gráfico. Tenía dos hijas: una de 16 años de edad y otra de 7 meses de nacida.
Egresó del Instituto Universitario Tecnológico como experto en Química.
El jueves en la noche Hernandez Esculpi veía televisión en la sala de su residencia con su hija mayor. Ambos fueron sorprendidos cuando más de 10 hombres irrumpieron en la vivienda por la parte trasera.
Portaban escopetas y granadas, entraron y apuntaron en la cabeza al funcionario policial, quien tomó el arma de fuego y con su cuerpo cubrió a su hija para protegerla.
La intención de los delincuentes era robar, pero cuando vieron su credencial en una habitación que se trataba de un funcionario del Cicpc, le dispararon en la pierna izquierda. El proyectil le afectó la arteria femoral, derramó mucha sangre y murió a la 9:37 pm en el Hospital Periférico de Catia.
Al ver herido a Hernández Esculpi los delincuentes huyeron y solo se llevaron los celulares de la familia porque el televisor que habían agarrado lo dejaron abandonado.
La familia de la víctima tiene 25 años viviendo en la zona rural de Tacagua Vieja. El funcionario residía allí con toda su familia y su suegra.
A la hora del crimen la bebé de 7 meses de nacida estaba en otra área de la casa con su madre y el resto de los familiares hacía diferentes actividades, pero presenciaron lo ocurrido.
José Hernández Esculpi explicó que durante el tiempo que su hermano trabajó en la policía judicial nunca quiso portar arma de fuego. Siempre prefirió laborar dentro del laboratorio y no en la calle.
«Emilio era extremadamente sano. Era un ángel, noble, trabajador, estudioso, profesional. Por ser funcionario lo mataron. Era un buen hermano, de conducta intachable», dijo.
Con la muerte de Emilio Rafael Hernández Esculpi asciende a 81 el número de policías y militares ultimados este año en la Gran Caracas, según cifras extraoficiales.
La División contra Homicidios del Cicpc se encargó de las averiguaciones para identificar y aprehender a los implicados en la muerte del experto químico. Los familiares fueron citados para entrevistarlos y en la casa en la que ocurrió el homicidio practicaron una inspección en busca de evidencias.
Sandra Guerrero / El Nacional
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