Editorial: Dejemos el Miedo

Todos debemos unir esfuerzos y empujar con más fuerza el accidentado autobús de la libertad

“La democracia y el socialismo tienen en común una sola palabra: La igualdad; pero nótese la diferencia: La democracia quiere la libertad en libertad, pero el socialismo quiere la igualdad en la penuria y la servidumbre”

Alexis de Tocqueville

Los venezolanos estamos agotados y postrados ante Nicolás Maduro, un tirano cruel y corrompido que maneja a través de su perverso Tribunal Supremo de Justicia, la Constitución, la ley y todos los poderes del Estado; así como a una buena parte de medios de comunicación, como instrumentos de abyección ciudadana y la degradación de los principios y de las instituciones de la República.

Ordenando detenciones arbitrarias y torturas crueles contra opositores presos, algunos de los cuales han sido asesinados por los esbirros incrustados en los órganos represivos, Maduro ha logrado infundir miedo a la población y ese miedo ha sido suficiente para someter al país a la obediencia y al conformismo. Ese miedo es el que nos lleva a un “respeto obligado” a la autoridad del dictador. Ese miedo ha llegado a inhibirnos a todos de emprender aventuras políticas subversivas.

El dictador, con el dinero proveniente de la corrupción y del narcotráfico ha logrado penetrar a buena parte del liderazgo opositor, lo que evidentemente llena aun más de desasosiego a la mayoría de los venezolanos que vivimos con la esperanza que el país despierte de esta pesadilla. Vivo está el tristemente célebre episodio de los denominados “alacranes” y, más reciente aún, el salto que dio el ex candidato presidencial de la unidad, Henrique Capriles, en dirección a avalar la falsa electoral montada por el régimen para el próximo 6 de diciembre, para tratar de legitimarse, suplantando la actual Asamblea Nacional, por una que esté a su medida, es decir, por una igual a la que presidió Diosdado Cabello hasta los primeros días del año 2015.

En ese objetivo, el usurpador del poder en Venezuela, ha invertido mucho tiempo y unos buenos miles millones de dólares, sin embargo, como sostiene Jorge Olavarría en: “Gómez, un enigma histórico” “…no hay déspota que pueda mantenerse en el poder indefinidamente en contra de la voluntad de sus gobernados. No hay un sistema político que pueda subsistir indefinidamente con el engaño, la corrupción y la mentira. Por más que trate de encubrirlas con las palabras mágicas de ideales que son su contradicción, la fetidez de sus excrecencias será inocultable. La historia pasada lo enseña. La presente lo ratifica.”

La diáspora de los jóvenes que huyeron por la falta de empleo y debido a la perversa destrucción de nuestra moneda, el bolívar; la descomunal alza de los precios de la comida, los pésimos servicios de salud, agua, electricidad, gas, y la insólita escases de gasolina, aún dolarizada, es por lo que los venezolanos lucimos realmente agotados y llenos de frustraciones; sin embargo no podemos hundirnos en la desesperanza, no todo está perdido, aún hay fuerzas luchando contra Maduro y su régimen. Todos debemos unir esfuerzos y empujar con más fuerza el accidentado autobús de la libertad. Rendirse no es una opción, luchar con todas las fuerzas que aún nos queda si lo es. Nosotros mismo somos los llamados a combatir y a pasarle por encima a esos líderes que nos han traicionado. Echémosles y nunca olvidemos que Chávez fue un fenómeno destructor e involutivo en nuestra amada Venezuela y, el dictador Maduro su continuación.

Concluimos con una frase lapidaria de Mahatma Gandhi: ”Cuando me desespero, recuerdo que a través de la historia, los caminos de la verdad y del amor siempre han triunfado. Ha habido tiranos, asesinos, y por un tiempo pueden parecer invencibles, pero al final, siempre caen”

 

José Rafael Ramírez
Periodista, CNP 3.141

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