*** Todos los rubros de la canasta alimentaria han aumentado de precio, pero de manera desorbitada: granos, pescados y mariscos, café, frutas y hortalizas, cereales y productos derivados, leche, quesos y huevos, carnes y sus preparados, raíces, tubérculos y otros, azúcar y sal, grasas y aceites, y salsas con mayonesa incluida.
*** El régimen prometió que las cosas mejorarían y que iban a congelar los precios con la asamblea nacional constituyente, pero hoy los venezolanos estamos peor. Nunca antes en la historia de este país había ocurrido algo así
En Venezuela los precios de todos los productos, pero especialmente de los alimenticios, suben a la velocidad de la luz. En los mercados populares, donde la presencia de comida es constante, el costo para abastecerse devora los timoratos aumentos salariales que a cada momento decreta el régimen.
Un kilo de harina de maíz precocida, el azúcar, el arroz, el litro de aceite, la mantequilla, la margarina, las pastas, las salsas, el jamón, el queso, la carne, el pollo, los huevos, la leche, el pan, las hortalizas y verduras, etc., experimentan precios impresionantes. No hay bolsillo que aguante.
Sumado a eso, tenemos que la exhibición de carne y pollo desapareció de carnicerías y mercados y, donde se logra conseguir, los precios son astronómicos. Por su parte los quesos, los huevos y la mayoría de rublos, suben de acuerdo a como sube el dólar en la página de Dolar Today…ah pero sube, porque si por casualidad baja el dólar, eso no sucede con los precios de los productos.
Todos los artículos están disparados. No hay productos económicos. Mientras el dólar sube, los productos suben, con el agravante que el venezolano gana en bolívares, no en dólares. Hoy la gente pregunta por el precio de un producto y se lo dan, pero al día siguiente ese mismo artículo está a otro precio ¡Insólito! El régimen prometió que las cosas mejorarían y que iban a congelar los precios con la asamblea nacional constituyente, pero hoy los venezolanos estamos peor. Nunca antes en la historia de este país había ocurrido algo así.
La situación se agrava con el miedo permanente a los saqueos que tienen los comercializadores y los transportistas
Cierre del año 2017
En octubre de 2017 el precio de la Canasta Básica Familiar (CBF) alcanzó 5.594.119,73 de bolívares. Su aumentó en Bs fue de 1.693.043,69 (12,4 salarios mínimos), 43,4% con respecto al mes de septiembre de 2017. Según ese cálculo del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cendas), necesitaban para ese entonces 186.470,65 bolívares diarios para cubrir su costo, más de un salario mínimo cada día.
La variación anualizada para el período octubre 2017 / octubre 2016 es 872,33%, Bs. 5.018.791,69, 36.8 salarios mínimos (Bs. 136.544,18).
Los que debemos destacar que lo anterior sufrió una impresionante variación desde el mismo día cuando pisamos en año 2018. A partir del 1° de enero, el bolívar ha quedado pulverizado, frente a un dólar negro que ya hoy, 24/01/2018 supera los 260 mil bolívares por dólar, con tendencia irreversible –según los expertos economistas- de seguir ascendiendo por la falta de medidas políticas acertadas.
La variación permanente de la Canasta Básica Familiar se debe al incremento de precio de seis de los siete grupos que la integran. En primer lugar, los artículos de higiene personal y limpieza del hogar, las toallas sanitarias, el jabón de baño, el jabón azul, el champú, los detergentes, las afeitadoras desechables, el papel toilet, las esponjsa, el cloro, la crema dental, y los desodorantes
Todos los rubros de la canasta alimentaria han aumentado de precio, pero de manera desorbitada: granos, pescados y mariscos, café, frutas y hortalizas, cereales y productos derivados, leche, quesos y huevos, carnes y sus preparados, raíces, tubérculos y otros, azúcar y sal, grasas y aceites, y salsas con mayonesa incluida.
Estiman que la diferencia entre los precios controlados y los precios de mercado es de un 54.959,86%.
Hacen maravillas
En medio de esta elasticidad de los precios, los jefes de hogar “hacen maravillas” para dar de comer a su familia con el ingreso mínimo. Han tenido obligatoriamente que reducir la ingesta en las comidas, porque la quincena de trabajo, no alcanza para nada. Y es que en un kilo de queso se gasta el ingreso, y después cómo se hace con los pasajes para ir a trabajar. La comparación de los precios con la capacidad de dinero que se gana para cubrir los gastos, es inédito en Venezuela; y este año 2018 ha sido peor. El venezolano se ha visto obligado a racionar la comida de sus hijos, muchos de los cuales ya presentan cuadros de desnutrición.
José Rafael Ramírez
Periodista, CNP 3.141
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